Los voluntarios no persiguen beneficios personales, buscan la satisfacción de DAR desinteresadamente a los chicos que viven en situaciones de desigualdad socioeconómica.

La Fundación piensa en el futuro de los jóvenes, fomentando la inserción educativa a través de la práctica de tenis, que es una herramienta principal de formación en valores y trabajo en equipo. Con la construcción de las canchas de tenis, replicamos el formato de club, creando un espacio de unión para toda la familia.

Queremos que el deporte sea el camino que transitemos juntos, apuntando hacia un futuro de virtuoso crecimiento y desarrollo integral como personas. Buscamos la inclusión integral de la sociedad, igualitaria y con garantías de los derechos educativos para los niños y jóvenes que no tienen acceso a estos derechos.

La misión de Mi Primer Peloteo es promover procesos participativos para la integración educativa y deportiva; brindar espacios de escucha y contención afectiva; fomentar la igualdad de oportunidades de los chicos, chicas y jóvenes desfavorecidos por el contexto socioeconómico actual de Argentina.

El programa de Mi Primer Peloteo pretende funcionar como el puente para que niñas y niños de sectores desfavorecidos puedan ingresar al mundo sano del deporte (en esta oportunidad, al tenis), que tantas y tantas veces se les torna tan lejano como inaccesible.

Buscamos preservarlos de correr los riesgos con los que amenazan “la calle” y los entornos peligrosos.

Estos riesgos se acrecientan en las grandes ciudades y abarcan a todas las clases sociales.

Sin embargo, son los chicos que viven en situaciones de desigualdad social, son los que tienen dificultades concretas para acceder al deporte, para pagar junto con su familia la cuota social de un club o para comprar indumentaria.

La fundación cree en la igualdad de los derechos de los niños y lucha por aportar su granito de arena para lograrla. Todos los chicos tienen derecho a jugar, compartir, divertirse y tener las mismas oportunidades para un futuro mejor. Para lograr esta igualdad de los derechos de los niños predicamos la solidaridad y la transparencia, como motores principales de nuestro accionar y fomentamos las ganas de ayudar que debería desplegar cada ciudadano.

Mi Primer Peloteo es el camino hacia un viaje de crecimiento y superación constante, cuyo destino final será el aprendizaje de valores como el respeto, la perseverancia y la confianza.

Es por ello que la Fundación también trabaja en la realización de convenios con distintos Profesorados de Tenis, los cuales se comprometen a otorgar becas a jóvenes jugadores de tenis, que se apasionan por este deporte, lo sienten como una vocación y quieren formarse profesionalmente. Dichas becas serán destinadas a obtener el título de Profesor de Tenis, para lo cual se requiere poseer la Escuela Media completa.

De este modo, les estamos ofreciendo iniciar un camino hacia la inserción laboral para que puedan continuar acrecentando sus conocimientos y trasmitirlos en sus barrios.

La historia de este hermoso proyecto comienza en el año 2013 en el Racket club, donde dos entrenadores de la academia de alto rendimiento, Matías Laganá y Julián Rodríguez, sienten la necesidad de hacer algo distinto con la enseñanza del tenis, con el fin de DAR algo a alguien que realmente lo necesite, sin esperar nada a cambio. La primera actividad solidaria que realizaron fue en el barrio Catalinas de La Boca, dando clases abiertas a la comunidad. El evento fue tan exitoso que Matías y Julián se quedaron con ganas de replicar la incomparable sensación de DAR en otros barrios.
Ese día se recuerda como el inicio de ‘Mi Primer Peloteo’.

Así es como llegan a la Isla Maciel y convocan a amigos, familiares, gente vinculada al tenis, incluyendo a Aksana, con la que posteriormente deciden formar un equipo para llevar adelante este hermoso proyecto. Los tres se unieron para conectar sus misiones: ellos, con su experiencia de hacer un trabajo en el campo deportivo para los chicos; y ella, con la experiencia de haber trabajado en otra fundación.

Visiten estos lugares, los chicos jamás los olvidarán. Vivan esta experiencia extraordinaria e incomparable que la vida les va a devolver el doble.